El Centro Histórico de la Perla Tapatía ofrece un abanico de opciones para el viajero de alma curiosa: Museos, restaurantes, atractivos turísticos e históricos, estatuas monumentales y para este calorón infernal, una colección de cantinas tradicionales para refrescarnos.
Este tipo de cantinas se caracteriza por su ambiente bohemio (a veces un poco arrabalero), música sabrosa y colección de personajes únicos.
Aquí te presento una guía de las imperdibles si visitas la ciudad o si ya vives aquí, las que debes descubrir, conocer o reconocer:
La Fuente
Quizás la más popular entre los turistas por su ubicación y ambiente. Se encuentra a media cuadra de Plaza Liberación, por lo que si andas por el Centro Histórico invariablemente te tropezarás con ella.
En su interior encontrarás dos naves amplias con sillas y mesas para los comensales, que se pueden adaptar según el tamaño de grupo de visita. Conforme avanza la jornada el piano del comenzará a sonar e invariablemente escucharás “Marías bonita”.
Es punto de encuentro de políticos, empresarios y una cantidad inmensa de turistas, así que el ambiente suele ser animado. La variedad de bebidas sí es algo limitada, con cerveza Corona y tequila como usuales protagonistas. Tiene poco que comenzó a ofrecer comida, pero son esencialmente snacks, así que si vas con hambre no será la mejor opción.
Lo mejor: La ubicación, el colorido, la tradición. Casi imposible aburrirse aquí.
Lo malo: Casi toca la categoría de “trampa para turistas” por el costo de sus chelas. Si te gusta la fiesta larga, malas noticias, pues es de las que más temprano cierra. Hasta donde recuerdo, solamente puedes pagar con efectivo.
La Cava
La Cava cumple muchos de los estereotipos usuales de una cantina de antaño (pero no viejita). Una rocola (de hecho DOS), barra enorme de licores y una buena variedad de cervezas, siendo más barata la Tecate que la Corona.
¿Lo mejor? Aquí si te dan botana con el consumo de bebidas, cambiando cada cierto tiempo las opciones. Me ha tocado ver desde chilaquiles hasta sopa de pescado, ensalada rusa y unas insólitas mini tortas ahogadas. Eso sí, siempre aparecerán churritos y frijoles al principio.
Al paso de las horas y en especial el fin de semana se llena con todo tipo de fauna Godín, conquistadores en sus últimos intentos y hasta doctores o enfermeros del cercano Hospital Civil Viejo.
Tiene, eso sí, sus defectos. El baño de mujeres es individual y solamente a uno. El de hombres es un poco más amplio, pero ya al final de la jornada luce como vertedero nuclear. Ojo al pedir la cuenta, pues si pagas con tarjeta te van a cobrar comisión, mal allí.
La Iberia
Otro clásico de la zona Centro con más de cien años de vida, la encontramos en dirección a la Calzada Independencia. La Iberia es la más pequeña del trío, aunque tiene buena selección de bebidas. Quizás por sus dimensiones, es la más entrañable para pasar el rato, con sus fines de semana futboleros y animadas partidas de dominó. Buena opción, menos frecuentada por los turistas a pesar de ser relativamente céntrica.
Este tipo de cantinas se caracteriza por su ambiente bohemio (a veces un poco arrabalero), música sabrosa y colección de personajes únicos.
Aquí te presento una guía de las imperdibles si visitas la ciudad o si ya vives aquí, las que debes descubrir, conocer o reconocer:
La Fuente
Quizás la más popular entre los turistas por su ubicación y ambiente. Se encuentra a media cuadra de Plaza Liberación, por lo que si andas por el Centro Histórico invariablemente te tropezarás con ella.
En su interior encontrarás dos naves amplias con sillas y mesas para los comensales, que se pueden adaptar según el tamaño de grupo de visita. Conforme avanza la jornada el piano del comenzará a sonar e invariablemente escucharás “Marías bonita”.
Es punto de encuentro de políticos, empresarios y una cantidad inmensa de turistas, así que el ambiente suele ser animado. La variedad de bebidas sí es algo limitada, con cerveza Corona y tequila como usuales protagonistas. Tiene poco que comenzó a ofrecer comida, pero son esencialmente snacks, así que si vas con hambre no será la mejor opción.
Lo mejor: La ubicación, el colorido, la tradición. Casi imposible aburrirse aquí.
Lo malo: Casi toca la categoría de “trampa para turistas” por el costo de sus chelas. Si te gusta la fiesta larga, malas noticias, pues es de las que más temprano cierra. Hasta donde recuerdo, solamente puedes pagar con efectivo.
La Cava
La Cava cumple muchos de los estereotipos usuales de una cantina de antaño (pero no viejita). Una rocola (de hecho DOS), barra enorme de licores y una buena variedad de cervezas, siendo más barata la Tecate que la Corona.
¿Lo mejor? Aquí si te dan botana con el consumo de bebidas, cambiando cada cierto tiempo las opciones. Me ha tocado ver desde chilaquiles hasta sopa de pescado, ensalada rusa y unas insólitas mini tortas ahogadas. Eso sí, siempre aparecerán churritos y frijoles al principio.
Al paso de las horas y en especial el fin de semana se llena con todo tipo de fauna Godín, conquistadores en sus últimos intentos y hasta doctores o enfermeros del cercano Hospital Civil Viejo.
Tiene, eso sí, sus defectos. El baño de mujeres es individual y solamente a uno. El de hombres es un poco más amplio, pero ya al final de la jornada luce como vertedero nuclear. Ojo al pedir la cuenta, pues si pagas con tarjeta te van a cobrar comisión, mal allí.
La Iberia
Otro clásico de la zona Centro con más de cien años de vida, la encontramos en dirección a la Calzada Independencia. La Iberia es la más pequeña del trío, aunque tiene buena selección de bebidas. Quizás por sus dimensiones, es la más entrañable para pasar el rato, con sus fines de semana futboleros y animadas partidas de dominó. Buena opción, menos frecuentada por los turistas a pesar de ser relativamente céntrica.
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