Amor amarillo en Izamal


Tan maya como española. Tan republicana hoy como colonial en su momento. Tan festiva y colorida como silenciosa y sagrada. Legendaria y real al mismo tiempo. Izamal, tierra de tradiciones y costumbres antiquísimas. Izamal, hogar de nuevas ideas y experiencias. Izamal, Pueblo Mágico que presume de su historia en cada esquina.
La historia de Yucatán no se entendería sin caminar por las calles de este Pueblo Mágico. Los mayas dejaron vestigios aquí que persisten al paso del tiempo y a la voracidad de la selva; pero también los españoles dejaron una huella profunda.
Ambas culturas terminaron por darle forma a lo que es la ciudad moderna, cuyo caprichoso trazado de calles es herencia colonial, mientras que la arquitectura, particularmente la sacra, es una fusión donde los elementos indígena y europeos se encuentran fusionados de forma perfecta.
Muchos viajeros pasan por Izamal porque es parte de la ruta que los operadores turísticos ofrecen en los recorridos de Mérida a Chichén Itzá. Poner un pie en ella es caer enamorado de sus coloridas fachadas amarillas en el Centro, la sonrisa de sus habitantes, las maravillas de sus construcciones y el maravilloso aroma de su cocina.


Entre dos tierras
La ciudad en está construida sobre un antiguo asentamiento maya e incluso el nombre “Izamal” tiene sus raíces en esta civilización, pues viene de “Zamná”, personaje de origen mítico en la cultura maya y que fungió como instructor y maestro para los primeros habitantes que llegaron a la Península.
Los conquistadores españoles también dejaron una huella profunda, no nada más en la historia de la ciudad, sino también en su horizonte, ya que a gran distancia es fácilmente apreciable el monumental Templo de la Purísima Concepción y el Ex Convento de San Antonio de Padua. El conjunto religioso fue levantado entre 1553 y 1561, siendo dos de las construcciones sacras más antiguas y mejor conservadas en nuestro país. Su eco, sin embargo, llega a todo el mundo, pues posee el segundo atrio más grande de la Tierra, superado únicamente por el de la Basílica de San Pedro, en el Vaticano.
El Ex Convento se encuentra en pleno Centro de la ciudad de Izamal (frente a la plaza 5 de mayo), y aunque su exterior quita el aliento, también vale la pena conocer su interior, decorado con fastuosas pinturas murales que datan del Siglo XVI, además del maravilloso altar principal, dedicado a la Virgen de Izamal.
Pese a que los españoles arrasaron con buena parte de los antiguos centros ceremoniales mayas (e incluso las colinas que circundaban la ciudad), todavía quedan algunos ejemplos maravillosos de la grandeza arquitectónica de la civilización maya, como la Kinich Kak Moo, mejor conocida como la “Gran Pirámide”, que en años recientes ha sido objeto de un intenso trabajo de recuperación y restauración. Otra construcción que permanece en pie es Itzamatul, dedicado al Dios solar de los mayas.

El sabor de la Península
Imagina la siguiente escena: Sentado, cómodamente en la plaza 5 de mayo en el Centro de Izamal, con el Ex Convento de San Antonio de Padua de fondo y con una rica nieve artesanal del lugar. Es simplemente el paraíso, ¿no?
El Pueblo Mágico de Izamal invita al descanso, pero también a disfrutar de su gastronomía. Para los que no le tienen miedo a comer en los mercados, vale la pena darse una vuelta por el de la ciudad, pues allí se encuentra en toda su gloria la mejor comida yucateca. Los platos aquí están servidos de forma generosa, por lo que se recomienda ir con mucha hambre. Lo que no te puedes perder es la chaya con huevo, salbutes, los panuchos, el pipián, los papadzules, un delicioso plato de cochinita pibil, el mucbil, pime y joroche.
¿Te quedaste con ganas de postre? Pues estás de suerte, pues Izamal es parte de una de las zonas productoras de caña más importantes del mundo, así que aquí saben y bien, cómo darle un sabor dulce a sus platillos y bebidas. Tampoco te pierdas los camotes de coco, los mazapanes de pepita de calabaza, los tecojotes con almíbar y de remate una yuca con miel.

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