Bogotá, un suspiro a la distancia


País musical, donde lo único más sabroso que su café es su gente. De poetas, de sancocho, de artistas, bandeja paisa bien servida y pasiones desbordadas. Colombia es un país que siempre se siente cerca, más en años recientes, donde su conexión con México se ha incrementado de forma espectacular y con traslados sin escalas.
Con eso en mente te comparto una guía básica para enamorarte de Bogotá, ciudad vibrante, de clima templado pero corazones ardientes. De buena comida y cultura desbordante, un destino de esos que se queda por siempre en el corazón del viajero. 


Sube al Cerro de Montserrate

Uno de los puntos turísticos más tradicionales de Bogotá, el Cerro de Montserrate es la elevación más popular de la capital colombiana. Se asciende con un funicular y ofrece una vista espectacular desde su punto más alto en un día claro.
El viaje de ida y vuelta tiene un precio aproximado de $120 pesos mexicanos.
Al ascender podrás encontrar un santuario dedicado al Señor de Montserrate, zonas de descanso, venta de souvenirs y baños. También hay un par de restaurantes, San Isidro y Santa Clara, ambos con menús de comida tradicional.


Paseo por La Candelaria
Así se conoce al Centro de Bogotá, donde además de arquitectura tradicional, con techos adoquinados y fachadas coloridas, encontraremos una espectacular oferta gastronómica y cultural. Si lo recorres a pie temprano, te recomendamos disfrutar de un “tintico”, café negro tradicional, que es buen compañero de todo recorrido matutino.
Dentro de la inmensa oferta cultural, una parada obligada es el Museo del Oro, uno de los más destacados de este país y que como su nombre lo indica, muestra la gran maestría de las culturas precolombinas en el uso de este metal. Su colección es de más de 34 mil piezas de oro, por lo que queda garantizado el deleite visual el observarlo. 



Deleite gourmet
En Colombia se come bien y las porciones son generosas. Como viajeros siempre es fascinante recorrer sus cafeterías y restaurantes libremente, aunque siempre encontraremos lugares con un potente gancho turístico.
Uno de esos lugares, pensado para el turista foráneo, es Andrés Carne de Res. A su nombre musical se suma su excelente carta, todo un menú pensado en enamorar al paladar.
El menú abre con las tradicionales empanadas (prueba la de queso, es deliciosa y cuesta $30 pesos mexicanos, aproximadamente), arepas (la de antojo antioqueño es espectacular) y luego salta a los platos fuertes. Prueba el ajiaco con pollo o el sancocho trifásico (estofado con pierna de pollo, costilla de res y de cerdo en sus ingredientes). De aquí es imposible salir con la misma cintura con la que entraste.
Explora aquí más de este restaurante y sus ubicaciones.

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