Zirahuén es un pueblo que se encuentra a poca distancia de Pátzcuaro, en Michoacán (a unos 30 minutos en automóvil, aunque también puedes llegar en autobús). La primera vez que lo observes quedarás sobrecogido, y cada regreso te enamorará un poco más. Su belleza etérea parece sacada de algún cuento de hadas.
El lago que le da nombre al pueblo luce a la distancia como fastuoso espejo pulido por los dioses. El celeste del firmamento se descompone en el agua en una cantidad infinita de azules, que bailan con suavidad en la superficie líquida.
Pero aquí la fascinación va más allá de los elementos líquidos. Alrededor del lago de Zirahuén crecen hermosos pinos, cuyo verdor termina por enmarcar la belleza celeste del cuerpo de agua. A los pies de ellos, podrás disfrutar de encantadoras cabañas de madera tipo campestre, que pueblan algunas zonas del lago.
En este rincón de Michoacán la vista no será lo único que agasajes. Aquí también podrás vivir experiencias que se quedarán de forma indeleble en tu corazón.
Sabor y adrenalina
Si tienes en mente pasar un día tranquilo, Zirahuén es una perfecta opción para un pic-nic o disfrutar en alguno de los restaurantes que hay en los alrededores del lago de la deliciosa gastronomía michoacana. No te puedes ir sin disfrutar de una sopa tarasca o unos chongos zamoranos. En la página de internet www.zirahuen.com podrás encontrar opciones que apenan tanto a la comida mexicana como a platillos internacionales.
Ahora, si lo que andas buscando es aventura, este apacible lago tiene opciones para disparar tu adrenalina al máximo. Una experiencia recomendada para aquellos que no le temen a la altura y gustan de los escenarios fastuosos es lanzarte en tirolesa.
¿Qué la hace especial? Primero la belleza escénica que ofrece, segundo que es un recorrido de tres tirolesas (dos largas y una corta), que están comunicadas por cinco puentes colgantes que pondrán a prueba tu sentido del equilibrio.
Si prefieres la combinación de la aventura con disfrutar de la naturaleza, pero sin despegar los pies demasiado del suelo, hay paseos a caballos, en cuatrimoto y ciclismo de montaña. Estas actividades (así como la tirolesa) cuentan con el apoyo de equipo calificado en cuidar de tu seguridad, además de que la zona es reconocida por su tranquilidad.
Simplemente flotar
Zirahuén es uno de esos destinos que bien puedes elegir para pasar un par de días (si decides quedarte en alguna de sus cómodas cabañas), o para disfrutar de una bonita mañana y luego explorar otros puntos de interés en Michoacán.
El lago se encuentra cerca de Pátzcuaro, así como del pueblo de Santa Clara del Cobre. Además, se encuentra conectado a la autopista que va a Morelia y a Uruapan.
Lágrimas convertidas en paraíso
Son muchas las leyendas que relatan cómo nació el lago de Zirahuén. Una de ellas señala que a la llegada de los conquistadores españoles a Michoacán (tras la caída de Tenochtitlán), un capitán del ejército invasor se enamoró de Eréndira, la hermosa hija de Tangaxoan, rey de los purépechas.
El soldado la raptó y la escondió en un precioso valle rodeado de montañas, aunque ella no quería permanecer allí.
De acuerdo a la página “Mitos Mexicanos”, la bella mujer lloraba suplicando a sus dioses que la salvaran. Fue entonces que los dioses del día y la noche, Juriata y Járatanga, le concedieron furia a sus lágrimas para con ellas formar un lago e hicieron de sus pies una cola de pez; convertida en sirena se salvó del sufrimiento y pudo huir de aquel extranjero. Los lugareños cuentan que todavía vaga por esas aguas profundas y que a la víspera del amanecer emerge para encantar a los hombres de mal corazón.
El hotel
Disfruta de tu estadía en Michoacán y quédate en el Hotel Misión Pátzcuaro, en el Centro Histórico de esa ciudad. Cómodo y tradicional, es también un excelente punto de partida para viajar por diversas localidades de ese Estado. Sus 82 habitaciones se caracterizan por ser amplias y cómodas. Para más informes, el hotel ofrece el teléfono 01 800 900 3800 o la página /www.hotelesmision.com.mx.
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