Isela Vega, eternamente irreverente

El Informador • A. Camacho
 

Ella y nadie más que ella. El gesto inconfundible, la voz incendiaria, la cabellera plateada, los movimientos felinos, suaves y a la vez calculados. Ella enmarca toda una etapa del cine mexicano, de un rompimiento con el pasado y un vistazo al futuro. Incluso Carlos Monsivais considera que llevó un paso más allá la actitud indomable de María Felix. Su actitud rompió con la imagen de la mujer sumisa de campo que se dejaba hacer y deshacer por el galán en turno. Todo eso es Isela Vega, actriz cuyo nombre ha brillado con intensidad en las marquesinas mexicanas desde la década de los años sesenta y quien fue homenajeada en el marco del Festival Internacional de Cine de Guanajuato.
El gesto suave y el andar cuidadoso pueden engañar a quienes piensen que Isela Vega ha ido perdiendo fuerzas en años recientes. La actriz, oriunda de Sonora, sigue siendo dinamita pura cuando se lo propone, y así se dejó ver durante su homenaje.
Reina de belleza en su juventud y amante del escándalo desde siempre, además de ocurrente y con una sonrisa amplia, la artista se describe como una mujer que se sabe divertir en el complicado mundo de la actuación, enseñanza que espera haberle dejado a mujeres y hombres que siguieron sus pasos sobre los escenarios. 

Mujer de armas tomar
La trayectoria de Isela Vega fue reconocida por cineastas, colegas y críticos en el GIFF en una comida donde se celebró la carrera tanto de ella como de otras mujeres, entre las que destacaron Marissa Garrido y la coreana So Yong Kim.
Al subir a recibir el homenaje y visiblemente emocionada, Vega agradeció el cariño del público y el homenaje, e incluso señaló entre sonrisas que “yo, como decía Monsivais, jamás me tomé enserio como actriz y a veces ni como persona (risas)”.
Vega agregó que este premio se lo debe “a todas las mujeres que han estado tanto en el cine como en la televisión. Como siempre lo he dicho, el entretenimiento es una industria inventada por los hombres, manejada por los hombres y programada por los hombres, pero afortunadamente han cambiado mucho los tiempos y hay mucho más espacio para la mujer”.
La actriz explicó que el rol femenino, principalmente en el cine ha tenido que afrontar grandes pruebas para demostrar su valía, e incluso recordó que en un momento de su carrera ella trató de ser directora y no pudo porque “a los miembros de la producción, todos hombres, les tenía que rogar para que hicieran las cosas, porque no me tomaban en serio”.
A modo de broma en el argot cinematográfico, Isela Vega aseguró que “las mujeres fuimos creadas por Dios en un formato de 35 milímetros, con muchos planos y belleza; mientras que los hombres vienen en formato de video... planos y simples (risas)”. 


Amor para todos
Regado de humor negro, el discurso de agradecimiento de la actriz también tuvo espacio para recordar varias anécdotas e incluso para promover el amor y la convivencia. “Todos los días deberíamos vernos con más cariño y más amor, con verdadera pasión. Es lo que yo le recomiendo a toda la gente para tener una vida vibrante”.
Entre broma y en serio, la reina del carnaval de Hermosillo de 1957 agregó también que el homenaje le resultaba “inmerecido, porque la verdad yo me la he pasado bomba. Me he divertido muchísimo entre la ficción y la realidad, como si fuera una niña”.
Isela Vega recibió la Cruz de Plata “Más cine”, en reconocimiento a su carrera, galardón que también le fue otorgada a la escritora Marissa Garrido y a la productora So Yong Kim de manos de la directora del GIFF, Sarah Hoch.

 

Publicada originalmente en julio de 2011 en El Informador.

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