Los Bunkers. Foto: El Informador. |
Sencillo. Directo. Simple. Esa son las nuevas vibraciones que emanan del escenario cuando los Bunkers se presentan. Los chilenos avecindados en México aprendieron que aligerar su estilo no altera su sello. Una evolución donde no traicionan su esencia y enriquecen su sonido.
El quinteto sudamericano se encuentra en Guadalajara por varios motivos. El primero, promover su presentación éste sábado en Calle 2 en el marco del Reventour, concierto en formato masivo al aire libre donde comparten cartel con bandas como Molotov y Caifanes. Por otro lado, aprovechan la vuelta para promover su nuevo disco, La velocidad de la luz, una placa que resume años de esfuerzo, influencias y estilos que la banda ha ido absorbiendo.
Universos separados
Para Los Bunkers, cada disco presenta la oportunidad de contar muchas historias. Y en el caso de La velocidad de la luz, cada canción debe ser vista como “muy distintas entre sí”, explica Francisco Durán, quien agrega que los temas que integran la placa “son universos sonoros diferentes, es un disco muy lírico. Sentimos que como resultado tenemos una súper colección de canciones, con un sonido que es increíble”.
Pero lo que más hicieron en estos años fue tocar. Tocar y tocar una y otra vez, por toda América Latina. Por todas las ciudades que les fue posible en México, se llenaron los ojos y la mente de experiencias. “Y todo eso está plasmado en este nuevo trabajo”, agrega Francisco.
El guitarrista de la banda explica que muchas cosas cambiaron para Los Bunkers en los últimos años. Entraron en un proceso de adaptación a nuevos ambientes y crecimiento en lo personal y profesional. “Es la primera vez que hacemos un disco desde acá, ya con la experiencia de haber vivido varios años en la Ciudad de México, donde hemos conocido a nueva gente, nuevos amigos, estar expuestos a nuevos estímulos”.
“Todo influyó en La velocidad de la luz, y creemos que una de las características de este disco, y que tiene mucho que ver con la forma de experimentar la música al estilo mexicano, es que un disco que nos parece muy directo”. La banda se sincera, y reconoce que a veces podían “intelectualizar mucho, hacer que todo pasara demasiado tiempo en nuestra cabeza. Este es un material más sencillo, directo, simple”.“Se sumaron elementos sonoros de los años ochenta. Quizás es un poco más bailable, un poco de sonido electrónico. Todo, sin perder el carácter que el grupo ha ido marcando en los últimos años”, anota Durán.
El elemento “tacvbo”
Un buen productor puede ser la diferencia entre un arle forma a un disco legendario o crear uno que termine en la sección de descuentos y remates de la tienda. Por eso, Los Bunkers sabían que si iban a arriesgarse con una placa de temas inéditos, necesitaban a los cómplices ideales. Y es allí donde aparecen Emmanuel “Meme” del Real, tecladista de Café Tacva, y Yamil Rezc.
“El trabajo que hemos hecho con Meme fue muy fructífero para nosotros desde Música libre, el disco anterior. Fue tan satisfactorio, tan agradable y nos gustó tanto el resultado, que lo invitamos también para este disco”, explica Álvaro López. Aunque exquisito en la producción, el trabajo de Meme no fue fácil, pues al mismo tiempo que le daba la mano a Los Bunkers, tenía que trabajar en la nueva placa de Café Tacvba. “Por eso incluimos a Yamil Rezc, un joven productor, nueva promesa, un diamante no tan en bruto. Nos gustó mucho el equipo que formamos. Se nota la mano de ambos en la producción, desde los ensayos hasta el momento de entrar al estudio”.
Con el disco terminado, están listos para salir a la aventura. Conquistar nuevos horizontes y seguir evolucionando en cada escenario. Reinventados, más completos por un lado, pero también con la intención de divertirse sin tantas complicaciones, regresan Los Bunkers a la escena roquera. Con más experiencia, más colmillo, menos inocencia, pero la misma mentalidad que los hizo subir al escenario por primera vez: Hacer todo por el rock.
Por cierto
Los Bunkers dieron a conocer que formarán parte del soundtrack de la próxima película de Carlos Cuarón, titulada Besos de azúcar, y que compitió el año pasado dentro del Festival Internacional de Cine en Morelia.
El quinteto reveló que el tema se llama Esclavo y amo, que en su momento popularizaran grupos como Los Pasteles verdes, y que también grabó Pepe Aguilar.
Publicado originalmente en abril de 2013 en El Informador.
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