George Harrison y las congas

 


Phil Collins recordó hace tiempo una anécdota que retrata "a cuerpo entero" qué tipo de hombre fue George Harrison, el beatle silencioso y tímido para muchos.

Cuando Phil tenía 19 años lo contactó por un amigo con un mensaje sorprendente: ¡George Harrison estaba buscando alguien que tocara las congas para una canción de su álbum “All things must pass”!

Collins no lo dudó un segundo y corrió al estudio para colaborar en esa canción con quien era su héroe. Tocó las congas para la canción, mientras que George y Phil Espector (productor) observaban en silencio del otro lado del estudio.

Unas semanas después el disco se lanzó y obviamente Phil fue corriendo a comprarlo. Buscó su nombre en la carátula... y nada. Buscó sus congas en la canción... y tampoco. Lo deshecharon. El corazón de Collins estaba roto.

20 años después los caminos de Phil Collins y George Harrison se volvieron a cruzar. Se toparon en un evento musical y comenzaron a charlar casualmente. Después de un rato, Phil le dijo a George: “No sé si lo recuerdes, pero cuando era un adolescente fui a tu estudio para participar en All things... y grabar unas congas para una canción. Pero cuando se lanzó el disco yo quedé fuera del proyecto, me gustaría saber por qué”.

George se rascó la cabeza y le confesó que no recordaba nada de eso, pero que quizás a Phil Spector no le había gustado y lo sacó. Sin embargo le dijo que aún conservaba las grabaciones originales de aquel día, y se las podía enviar, para que Collins checara qué había sido de aquella colaboración.

Unas tres semanas después llegó a la casa de Phil Collins el paquete de cintas. Y sí, allí estaba la grabación. Las congas sonaban horribles, espantosas, fuera de tono. Incluso se alcanza a escuchar al final cómo le dice George Harrison a Spector: “Es una basura, ni se te ocurra usarlas”.

Phil le llamó a George para agradecerle por las cintas y le preguntó si las había escuchado antes de enviarlas:

— “La verdad, no, amigo”

— “Dijiste que las congas sonaban a basura y que jamás las usarías”, agregó Phil.

George quedó en silencio un segundo y contestó: “Demonios, Phil, ¡lo siento! ¿qué te puedo decir ahora?”. Collins aceptó que había sido muy mala su interpretación y prefirió cambiar de tema. Pero conforme avanzaba la charla, George Harrison comenzó a reír más y más hasta que le confesó:

—“Phil, viejo, lo siento. La semana pasada contraté una banda y repetí la grabación de 'All things must pass'. Lo hice todo de nuevo... yo toqué las congas lo peor que pude, quería jugarte una broma (carcajea). ¡Me hubiera encantado ver la cara que pusiste cuando las escuchaste”.

Así era el Beatle serio.

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