El Santo que no nos abandona

El Santo • México Desconocido
 

No tuvo el físico imponente que tienen los gladiadores modernos. Su voz, más tímida que estentórea, no daba el tipo heroico, así que tuvo que ser doblado en todas y cada una de sus películas. El diseño de su máscara, en tonalidad plata, no era el más espectacular de su tiempo. Los guiones de sus películas repetían situaciones de forma incansable, encarando de forma cíclica a condes locos, científicos resentidos, generales sin ejército, momias mal vendadas, vampiros bronceados, y claro, a otros luchadores con menos fortuna. Se enfrentó en las pantallas a monstruos de diseño tosco y cuyas motivaciones truculentas hace 40 años, hoy dan más risa que miedo. No forjó un imperio mediático, ni dejó a sus hijos nadando en una fortuna. Y cuando se fue, la lucha en México siguió su curso normal. Con todo esto, El Santo sigue siendo el peleador más importante que se ha parado en un cuadrilátero, teatro, foro de televisión, set de película, y plaza de pueblo en toda la historia de nuestro país.

A él se encomiendan novatos y consagrados por igual. Le han salidos herederos, imitadores, copias, hijos, sobrinos, esposas, novias, amantes y parientes por todos lados. No hay después de él, una figura que magnetice de tal forma la pantalla cinematográfica mexicana. Llegó tarde a la Época de Oro del cine mexicano, pero no importa, porque él creo “su” propia época y potenció “su” propio género: El cine de luchadores. Sus películas se transmiten una y otra vez en el Canal de las Estrellas, y siguen causando la misma fascinación al público que hace casi medio siglo. Si son buenas o son malas, ya es cuestión de gustos, pero lo cierto es que siguen vigentes. Esta generación ya no lo vio pelear, pero su aura de imbatibilidad permanece intacta.

Un 5 de febrero de 1984, Rodolfo Guzmán Huerta lanzaba su último suspiro. Estaba participando en una obra en el teatro Blanquita de la Ciudad de México. Comenzó a sufrir dolores en el brazo y en el pecho, por lo que fue llevado al hospital, donde murió a causa de un infarto. Con él, se cerró uno de los episodios más gloriosos del pancracio mexicano y comenzó la extinción de la figura del luchador como héroe del Séptimo Arte. Con su desaparición, serían los encordados, de nueva cuenta, el refugio de los gladiadores que alguna vez soñaron con ser estrellas del cine. Rodolfo Guzmán se iba, pero la leyenda de El Santo apenas nacía.

 

Y en esta esquina…

Década de los años cincuenta. En una industria cinematográfica dominada por los charros, los hacendados, las historias de barrio, los pachucos y los melodramas campiranos, la irrupción de un luchador como protagonista fue tomada en un principio como pintoresca. “Una moda”, pensaban los críticos. A nadie le pasó por la cabeza que El Santo iba a terminar protagonizando 52 películas, en todas, haciendo el mismo papel y sin necesidad de quitarse la máscara o maquillarse.

La primera película del también llamado “enmascarado de plata” fue Santo contra los cerebros del mal (1958). Allí se impusieron las bases que habría de formar la filmografía del héroe: Villanos megalómanos que tratan de conquistar el mundo, muchas veces apoyando en el uso de ciencia destructiva. Una policía extraordinariamente inepta y la aparición siempre providencial de El Santo, que sin ningún tipo de conocimiento técnico o científico, logra desarticular los planes de sus oponentes.

Un dato curioso de aquella cinta es que, mientras la producción rodaba plácidamente la película en La Habana, en las zonas selváticas de la isla el ejército del entonces presidente Fulgencio Batista luchaba contra los rebeldes de Fidel Castro. Así, por unos meses de diferencia, Cuba vio como El Santo salvaba al mundo (en la ficción, claro) y posteriormente, en 1959, Castro derrumbaba (en la realidad) el sistema político imperante. Realismo mágico en su estado más puro.

Aquella cinta fue la primera de una cascada de aventuras rocambolescas, que llevaron al hijo pródigo de Tulancingo a batallar contra los zombis (1961), el cerebro diabólico (1961), la mujeres vampiro (1962), los profanadores de tumbas (1965), los villanos del ring (1966), los cazadores de cabezas (19699, las momias de Guanajuato (1970), la hija de Frankenstein (1971), los hombres lobos y Drácula (1972), La llorona (1974) y los karatekas (1982). En sus primeras cintas se aprecia a un Santo entrado en sus 30 años, con el pecho desnudo y sus tradicionales mallas en color plata.

Conforme avanzaron los años, el aspecto tosco y sudado del personaje se refinó. Así fue posible ver al Santo con traje, de camisas polo, con sweater de cuello de tortuga y hasta con capa de gala.  Eso sí, siempre dispuesto a aplicar una llave contra aquellos que perturbaran el orden público o trataran de apoderarse del mundo.

 

La polémica

Si bien las películas donde participó jamás tuvieron un argumento profundo, hubo algo a lo que el Santo le prestó siempre una atención capital: Que fueran para todo el público.

Y es que el héroe no tenía problemas en provocarle contusiones y fracturas a sus oponentes, e incluso destruir sus cuarteles generales si venía al caso, pero eso sí, el Santo jamás le faltó el respeto a una dama (por más que fueran zombis o vampiros), nunca dijo groserías y sobre todo, fue cuidadoso de no salirse de los cánones morales de la época.

Durante años existió la leyenda urbana de que El Santo había protagonizado una película para adultos. Como el Santo Grial, todos escucharon de ella, incluso hubo descripciones, pero nadie la había visto…hasta hace poco.

En 2011 se confirmó que existía una película llamada El vampiro y el sexo.

La cinta, originalmente estrenada en 1960 bajo el nombre de Santo en el tesoro de Drácula, fue la primera película a color del personaje. Su argumento y calidad no varía mucho de lo que se había hecho con el ídolo del ring, salvo que las mujeres vampiros aparecían con el torso desnudo, demostrando que eran más mujer que vampiro.

En 1960, todas las escenas con senos al aire (menos los de El Santo) se editaron para volverla en un producto familiar. Se consideró que la versión original había sido destruida o sólo exhibida en Europa, pero después de supo que Guillermo Calderón Stell guardó una copia una bodega.

Viviana García Besné, sobrina nieta de Calderón, se topó con  los carretes de cinta empolvándose en una bodega Stell, mientras hacía una investigación para un documental sobre la prolífica producción fílmica de su familia durante el auge del cine mexicano en los años cuarenta y cincuenta del siglo pasado.

En El vampiro y el sexo, explicó en su momento García Besné, El Santo no se despoja de la ropa en la película, y tampoco tiene ningún comportamiento sexual con las mujeres vampiro en la película.

La película provocó más controversia por la lucha que entabló El Hijo de El Santo (heredero universal de los derechos) contra todos aquellos que intentaron exhibirla. Incluso el Festival Internacional de Cine de Guadalajara, en su edición 2011, tuvo que cancelar la proyección luego de haberla anunciado con bombo y platillo, ante la amenaza de una demanda.

Finalmente el año pasado la película apareció en algunas salas de cine de nuestro país, levantando uno de los últimos misterios que envolvían a la figura del mítico luchador, a quien a 29 años de su partida, se siguen encomendando los paladines del cuadrilátero.

Quizás la mejor forma de definir a El Santo sea a través del último diálogo de la película Santo vs las mujeres vampiro (1970), donde se le erige como un paladín que “en esta época en que la maldad de los hombres busca su propia destrucción, él estará siempre al servicio del bien y la justicia”.


¿Las viste?

Todas las películas del Santo

*La furia de los karatecas (1982)

*El puño de la muerte (1982)

*Chanoc y el hijo del Santo vs. los vampiros asesinos (1981)

*Santo contra el asesino de la T. V. (1981)

*Santo en la frontera del terror (1979)

*Misterio en las Bermudas (1977)

*Santo en oro negro (1975)

*Santo en el misterio de la perla negra (1974)

*La venganza de La Llorona (1974)

*Santo contra el doctor Muerte (1973)

*Santo y Blue Demon contra el doctor Frankestein (1973)

*Santo vs. las lobas (1972)

*Santo contra los secuestradores (1972)

*Anónimo mortal (1972)

*Las bestias del terror (1972)

*Santo y Blue Demon contra Drácula y el hombre lobo (1972)

*Santo contra la magia negra (1972)

*Misión suicida (1971)

*Santo y el águila real (El águila real) (1971)

*Santo contra los asesinos de otros mundos (1971)

*Santo vs la hija de Frankenstein (1971)

*Las momias de Guanajuato (1970)

*Santo en la venganza de la momia (1970)

*Santo vs la mafia del vicio (1970)

*Santo contra los jinetes del terror (1970)

*Santo en la venganza de las mujeres vampiro (1970)

*Santo frente a la muerte (1969)

*Santo vs los cazadores de cabezas (1969)

*El mundo de los muertos (1969)

*Santo y Blue Demon contra los monstruos (1969)

*Santo contra Blue Demon en la Atlántida (1969)

*Santo contra Capulina (1968)

*Santo en el tesoro de Drácula (1968)

*El tesoro de Moctezuma (1966)

*Operación 67 (1966)

*Santo los villanos del ring (1966)

*Santo vs la invasión de los marcianos (1966)

*El barón Brákola (1965)

*Profanadores de tumbas (1965)

*Atacan las brujas (1964)

*El hacha diabólica (1964)

*Blue Demon contra el poder satánico (1964)

*Santo contra el espectro (El espectro del estrangulador) (1963)

*Santo vs el estrangulador (1963)

*Santo en el museo de cera (1963)

*Santo vs las mujeres vampiro (1962)

*Santo contra el cerebro diabólico (1961)

*Santo en el hotel de la muerte (1961)

*Santo contra el rey del crimen (1961)

*Santo, el Enmascarado de Plata

*Santo contra los zombies (1961)

*Santo contra hombres infernales (1958)

*Santo contra el cerebro del mal (1958)

• Fuente: www.cinemexicano.mty.itesm.mx

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